Había una vez un niño que se llamaba Jorge, su madre María y el padre Juan. Cuando escribió la carta a los Reyes Magos pidió más de veinte cosas.
Entonces su madre le dijo: Pero tú comprendes que… mira te voy a decir que los Reyes Magos tienen camellos, no camiones, segundo, no te caben en tu habitación, y, tercero, mira otros niños… tú piensa en los otros niños, y no te enfades porque tienes que pedir menos.
El niño se enfadó y se fue a su habitación. El padre le dijo a la madre: ¡Ay!, se quiere pedir casi una tienda entera, y su habitación está llena de juguetes... María dijo que sí con la cabeza. El niño dijo con la voz baja: Es verdad lo que ha dicho mamá, debo de hacerles caso y no pedir tantas cosas. Uh, miraré donde tengo los juguetes de otros años y trataré de compartirlos con mis amigos.
(Publica: Gemma Ballester y Mercedes Fernández 5ºB)
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