MALEKÍN
En el condado de Suffolk, en Inglaterra, se contaba que la voz de una niña
recorría el castillo de Dagworthy. Las criadas al principio estaban
desconcertadas. No se escuchaban lamentos ni parecía que la voz sufriera; al
contrario, les alegraba con sus risas, sus historias y sus bromas. Las criadas
cogieron mucho cariño a la voz y le pidieron que les contara su historia. Ésta
les contó que se llamaba Malekín y que las hadas la habían raptado una mañana,
mientras acompañaba a su madre a recoger trigo. Estaba prisionera en el País de
las Hadas, pero tenía la esperanza de volver a su casa. Para lograrlo debía
estar allí catorce años y no comer nada de lo que las hadas le ofrecieran,
porque si no quedaría convertida en una de ellas. Como todos cogieron cariño a
Malekín en el castillo, le iban dejando alimentos humanos para que la niña no
tuviera que comer del de las hadas. Una mañana una de las criadas le pidió a
Malekín que se mostrara para ella. Una hermosa niña de unos cinco años, con el
cabello rubio y una túnica blanca apareció ante sus ojos. Poco después, nadie
supo por qué, la voz de la niña desapareció. Unos decía que Malekín era un hada
y que había intentado confundirles, para otros Malekín había logrado escapar y
había vuelto con su madre. Nadie conoce su secreto.
(PUBLICA: MARÍA SERNA DE 6ºA)
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