El cuervo enfermo
Un cuervo que estaba enfermo le dijo a su madre:
-Madre, no llores más y ruega a los dioses por mí.
La madre contestó: - ¿Cuál de todos, hijo mío, tendrá piedad de ti? ¿Acaso queda alguno a quien no le hayas robado la carne?
Moraleja: No te rodees de enemigos, pues en momentos de necesidad no encontrarás un solo amigo.
El águila y el caracol
Vio llegar el águila real, hasta el saliente de roca donde ella anidaba, a un torpe caracol que había partido de la honda vega, y exclamó, sorprendida:
-¿Cómo, con ese andar tan perezoso, subiste a visitarme hasta tan arriba?
-Subí, señora -contestó el baboso-, a fuerza de arrastrarme.
Moraleja: Todo se puede conseguir a base de esfuerzo, por muy difícil que parezca.
El aristócrata y el ciego
A un ciego le decía un aristócrata:
- Todos mis ascendientes héroes fueron.
Y respondióle el ciego:
- No lo dudo. Yo sin vista nací: mis padres vieron.
No se envanezca de su ilustre raza quien pudo ser melón y es calabaza.
Moraleja: Presumir de lo que tuvieron los antepasados de uno sólo refleja lo mucho que éste ha perdido.
(PUBLICA: MARÍA SERNA DE 6º A)
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